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Bodegón con cacharros |
Representa cuatro objetos de una vajilla: tres vasijas alfareras, de estas dos son blancas del tipo de jarra fabricada en los talleres sevillanos y tres piezas de metal, una copa y dos bandejas.
Llama la atención la sobriedad y austeridad de la composición y de los elementos elegidos. Los objetos sencillos alcanzan una trascendencia poética, sublime. Esta sobriedad, la fuerza expresiva y la plasticidad de sus figuras hacen que esta obra conmueva nuestra sensibilidad moderna y justifican la permanente actualidad de su pintura, que siglos después despertará la admiración de los cubistas.
La luz de esta obra es de estilo tenebrista, intensa, contrastada y dura, hace resaltar los objetos sobre un fondo oscuro.
Mide 46 cm de alto por 84 cm de ancho. Se cree que Zurbarán la pintó hacia el año 1650 y se encuentra en el Museo del Prado.
Otra versión del cuadro, casi idéntica y catalogada también como autógrafa, se conserva en el MNAC de Barcelona.
Algunos especialistas han propuesto que en ella colaboró el hijo menor del pintor, Juan de Zurbarán.
Otra versión del cuadro, casi idéntica y catalogada también como autógrafa, se conserva en el MNAC de Barcelona.
Algunos especialistas han propuesto que en ella colaboró el hijo menor del pintor, Juan de Zurbarán.
Biografía de Francisco de Zurbarán (1598-1664)
Francisco de Zurbarán nace en el año de 1598 en Fuente de Cantos. Una vez completada su formación, Zurbarán regresará a su Extremadura natal, a la localidad de Llerena, donde contraerá matrimonio por dos veces y se establecerá, hasta la fecha de 1626 en que es reclamado a Sevilla para llevar a cabo la ejecución de un importante encargo.
Francisco de Zurbarán nace en el año de 1598 en Fuente de Cantos. Una vez completada su formación, Zurbarán regresará a su Extremadura natal, a la localidad de Llerena, donde contraerá matrimonio por dos veces y se establecerá, hasta la fecha de 1626 en que es reclamado a Sevilla para llevar a cabo la ejecución de un importante encargo.
La orden de los Dominicos le encargó una serie de cuadros a cerca de la vida monástica para su convento de San Pablo, convirtiéndose la buena realización de los mismos en el detonante para la consecución de otro encargo más, proveniente en este caso del convento de la Merced en 1628, transmitiendo el Ayuntamiento de Sevilla al pintor, un año más tarde, su deseo de que se instalara de forma definitiva en la ciudad.
Zurbarán gozó de fama en su época, algo que propició que nunca le faltaran los encargos, en mayor o menor medida, los cuales se sucedieron a lo largo de los años en forma de peticiones de grandes series pictóricas por parte de diversas órdenes religiosas (Jerónimos, Cartujos…).
Hacia la mitad de su vida la desgracia le alcanzó en la forma de la defunción de su segunda esposa (tras lo que se volvió a casar), una disminución de trabajo y el sufrimiento de la peste de 1649, que se llevará a uno de sus hijos, Juan el pintor.
Zurbarán gozó de fama en su época, algo que propició que nunca le faltaran los encargos, en mayor o menor medida, los cuales se sucedieron a lo largo de los años en forma de peticiones de grandes series pictóricas por parte de diversas órdenes religiosas (Jerónimos, Cartujos…).
Hacia la mitad de su vida la desgracia le alcanzó en la forma de la defunción de su segunda esposa (tras lo que se volvió a casar), una disminución de trabajo y el sufrimiento de la peste de 1649, que se llevará a uno de sus hijos, Juan el pintor.
Además, con el paso de los años el pintor habrá de ser testigo de cómo el nuevo estilo de un cada vez más apreciado Murillo se va imponiendo poco a poco, en detrimento de su pintura. Finalmente decidirá partir de nuevo a Madrid junto a su amigo Velázquez, instalándose de forma definitiva hasta su muerte en esta ciudad, casi una década después y rodeado de estrecheces económicas, en el año de 1664.
Principales obras de Zurbarán
Zurbarán, va a representar con una gran claridad la religiosidad que impregnará la vida española del s.XVII (es ésta la época de la Contrarreforma y las órdenes religiosas habrán de salir beneficiadas de dicha circunstancia, adquiriendo un mayor relieve), componiéndose la mayor parte de su obra de series dedicadas a mostrar la vida monástica: San Hugo en el refectorio, La misa de fray Pedro de Cabañuelas, El adiós de fray Juan de Carrión a sus hermanos, etc. La Cartuja de Jerez, San Pablo el Real, el Monasterio de los Jerónimos de Guadalupe o la Merced de Sevilla fueron algunos de los sitios para los que llevó a cabo sus principales series.
Su obra está influida por los contrastes tenebristas de Ribera, protagonizados por una tendencia naturalista típica de la época, algo que se aprecia excepcionalmente bien en sus sencillas y táctiles naturalezas muertas (en la actualidad Zurbarán ha sido redescubierto como bodegonista).
Zurbarán aparece enmarcado en la denominada segunda generación tenebrista en la que los contrastes aparecen menos matizados y el claroscuro se presenta sin la brusquedad del primer momento, proporcionado esta suerte de efectos más reflexivos.
Una de las notas mas características de la producción de Zurbarán es la originalidad, una atmósfera propia y un estilo singularisimo, sus principales fuentes de inspiración fueron los grabados y en especial BOSWERT Galle, Callot Sadeler y Ribera.
Zurbarán, va a representar con una gran claridad la religiosidad que impregnará la vida española del s.XVII (es ésta la época de la Contrarreforma y las órdenes religiosas habrán de salir beneficiadas de dicha circunstancia, adquiriendo un mayor relieve), componiéndose la mayor parte de su obra de series dedicadas a mostrar la vida monástica: San Hugo en el refectorio, La misa de fray Pedro de Cabañuelas, El adiós de fray Juan de Carrión a sus hermanos, etc. La Cartuja de Jerez, San Pablo el Real, el Monasterio de los Jerónimos de Guadalupe o la Merced de Sevilla fueron algunos de los sitios para los que llevó a cabo sus principales series.
Su obra está influida por los contrastes tenebristas de Ribera, protagonizados por una tendencia naturalista típica de la época, algo que se aprecia excepcionalmente bien en sus sencillas y táctiles naturalezas muertas (en la actualidad Zurbarán ha sido redescubierto como bodegonista).
Zurbarán aparece enmarcado en la denominada segunda generación tenebrista en la que los contrastes aparecen menos matizados y el claroscuro se presenta sin la brusquedad del primer momento, proporcionado esta suerte de efectos más reflexivos.
Una de las notas mas características de la producción de Zurbarán es la originalidad, una atmósfera propia y un estilo singularisimo, sus principales fuentes de inspiración fueron los grabados y en especial BOSWERT Galle, Callot Sadeler y Ribera.
COMPARAMOS ESTE BODEGÓN DE ZURBARÁN CON OTRO ESTILO DE BODEGONES CONTEMPORÁNEOS: LOS HOLANDESES DE ESE MISMO SIGLO
Si lo comparamos con un bodegón de la misma época, de un pintor holandés como por ejemplo de Jan Davidsz de Heem que reproducimos a continuación tendríamos que observar lo siguiente:
Los bodegones de los pintores holandeses en muchos casos tienen un sentido simbólico de abundancia y ostentación. Suelen incorporar elementos arquitectónicos, con ello se logra profundidad, el fondo y los primeros planos, junto a los contrastes entre zonas de luz y sombra, logran aportar novedades a la pintura de naturaleza muerta. Su cualidad más destacable fue fundir el estilo decorativista flamenco con los bodegones íntimos propios de Holanda.
Se conocen este tipo de bodegones como “Pronkstilleven” o bodegones de ostentación, un tipo de pintura suntuosa y ornamental.
A SIMPLE VISTA PODEMOS OBSERVAR LAS DIFERENCIAS ENTRE UNO Y OTROS:
- Los objetos representados: Zurbarán representa objetos sencillos y de uso diario.
- Los holandeses introducen algunos alimentos, y los objetos representados son suntuosos y de materiales preciosos.
- En cuanto la luz del cuadro Zurbarán utiliza el claroscuro, logrando una ambiente sencillo e intimista, frente a la luminosidad de los holandeses.
- El fondo en Zurbarán es prácticamente inexistente, mientras que en los holandeses introducen elementos arquitectónicos como en este caso una columna.Esto le da profundidad al cuadro.
BIBILIOGRAFIA
· Moreno, Arsenio, Zurbarán, Madrid, Electa, 1998.
· Caturla, María Luisa, Francisco de Zurbarán, Paris, Wildenstein Institute, 1994.
· Pérez Sánchez, Alfonso E., «Francisco de Zurbarán», Historia 16, Madrid, 1995.
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